Cuentos de encuentro literario- Cristina


 Cristina
       Cristina era una mamá muy buena que vivía con sus hijos y su hermano . Le gustaba salir a pasear con Nahuel y Fabricio, les compraba juguetes y ropa.
            Cristina trabajaba en una cafetería, un día ella perdió su trabajo y con sus hijos tuvieron que salir a robar porque no tenían plata. Una noche los policías los encontraron y la llevaron presa. Nahuel y Fabricio se quedaron muy triste porque su mamá se fue.
            Nicolas, su hermano, la saco de la cárcel. Desde ese momento ella comprendió que robar no era bueno y comenzó a luchar por sus hijos y por una vida mejor. Nicolas que era muy bueno y siempre la ayudaba, consiguió trabajo y nunca mas tuvo que trabajar.
            Gracias a ello Cristina, Nahuel y Fabricio vivieron felices para siempre. 

Cuentos de encuentro literario- la bella y la bestia


La Bella y la Bestia

            Había una vez una bruja malvada que quería convertir en Bestia al príncipe, que era rubio. La bruja le hizo un hechizo y el príncipe se convirtió en Bestia, y a una señora la convirtió en pava, a un chiquito en tacita  para el te, a un chico lo convierte en vela y a un señor en reloj.
            Después se rompió el hechizo, que era malo por que surgió algo bueno que lo derrota, la princesa se enamoro de la Bestia y al besarle la Bestia se convirtió en príncipe.
            La Bestia era feo, tenia bigotes en punta, largo y era peludo y tenia una camisa azul. La Bestia primero era malo por el hechizo que le hizo, pero luego se hizo bueno por el amor de la princesa Bella y ella se enamoro de la personalidad de la Bestia.
            Un día estaba la Bella encerrada en el castillo, la Bestia la tenia como prisionera y su padre la quería rescatar.
            La pava y la tacita de dicen al padre de la Bella, si quiere tomar una tacita de te y le dice la tacita me hace cosquilla por el bigote, mamá, mamá el señor me hace cosquilla. 

Cuentos de encuentro literario- historia de lucha por un amor


HISTORIA DE LUCHA POR UN AMOR

            Había una vez una chica llamada Vero que estaba contenta por que se iba a casar con su novio Lucas.
            Ellos se habían conocido en la escuela pero Lucas tenia otra chica y no la quería a Vero. Un día Lucas la saludo a Vero desde su auto, pero ella estaba enojada por que el tenia otra chica. Lucas se fue a un bar a tomar café y Vero se fue a su casa para armar la valija y viajar a la casa de su abuelo Facundo que vivía en Salta.
            Vero lloraba mucho por que Lucas ya no la quería. Después Lucas se fue a Salta a buscarla y decirle “Perdoname por favor” pero Vero respondió “No, estoy muy enojada con vos, andate no vuelvas mas” y su abuelo le dijo “deja de molestar a mi nieta”. El abuelo abrazó a Vero y le dijo “ya esta, no llores”. Lucas se fue.
            Al otro día Vero y su abuelo se fueron al super, iban caminando y Vero se tropezó, cuando se levanto lo encontró a Lucas otra vez.
            Lucas le dijo a Vero que estaba loca, tarada y Vero  le respondió : “vos estas loquito” y Lucas le dijo “perdoname, perdoname, ¿te querés casar conmigo?  “armaron las valijas y volvieron a Tucumán, el abuelo le dijo ¡en serio te vas a casar? ¡felicidades!.
            Cuando llegaron a Tucumán Vero se fue a comprar el vestido de casamiento, se compró una traba blanca con flores y se fue a la peluquería para hacerse un peinado con rulitos, también un par de zapatos blanco con taco alto y guantes.
            Se fue a la casa y a la noche era la fiesta. A la noche buscó en el armario la bolsa que tenia el vestido, se vistió y llamo al taxi para ir a la Iglesia Catedral. Ahí Lucas la esperaba con camisa blanca, corbata, saco negro y zapatos negros.
            El cura les dijo: “están en unión” “esposo y esposa”, se pusieron los anillos. En la iglesia estaba toda la familia de Verónica, su mamá, su papá, hermano y hermana. Cuando terminó la misa se fueron a la fiesta y bailaron el vals.
            Se fueron a Salta de luna de miel y le cayeron de sorpresa al abuelo, el les dijo ¿hola, ya están casados? Verónica le responde que si y le cuenta sobre la fiesta.
            El abuelo estaba muy contento con la noticia.
            Lucas y Verónica volvieron a su casa donde tomaron sopa y luego se fueron a dormir juntos en la cama y soñaron
            Al otro día fueron al super a comprar muchas cosas para festejar el cumpleaños de Vero, compraron una torta, globos y chocolates.
            En el camino de regreso a la casa un hombre le roba la cartera a Verónica y la golpea. Mas tarde sonó la alarma y Verónica internada en el Hospital, los médicos le dijeron a Lucas que Verónica estaba mal.
            Luego el medico le dijo a Lucas que Verónica estaba mucho mejor y que ya podía volver a su casa.
            Cuando Verónica llegó a casa se sorprendió de ver la luz apagada. Adentro la esperaba Lucas para cantarle el cumpleaños feliz junto a su abuelo que vino de Salta y trajo muchas vinchas de conejo para festejar el cumpleaños.
            

Cuentos de encuentro literario- La mascota de la oscuridad


La mascota de la oscuridad
                                                                                       
 Cuando era pequeña mi abuelo me contaba historias de cuando él era niño, nunca me narro una historia de terror y nunca supe por qué. Yo pensaba que él creía que me asustaría o algo así. Hasta que un día de lluvia le pregunte por qué no me contaba un cuento de terror.
-       Yo no me voy a asustar – le dije.
-       Eres muy chica para entender cosas del más allá. Contesto
 Pero yo seguía insistiendo, hasta qué me dijo:- mija lo que te voy a contar paso en verdad.
 Hace muchos años, acá en Tucumán, en los ingenios azucareros hubo una mala época, la mayoría habían tenido que cerrar. Pero el dueño de uno, era tan codicioso hasta el punto que hizo un pacto con el diablo…
-       ¿¡el diablo!? Pregunte temerosa.
-       Si mija!!! Pero eso no es lo peor!! Me contesto
Este pacto se trataba, de que al término de cada zafra le tenía que entregar un empleado a su perro, el cual era más grande que un caballo, oscuro como la noche, y en sus ojos se veían las mismísimas llamas del infierno. Este feroz animal tenía un collar en el cual colgaban gruesas cadenas que arrastraba por el piso advirtiendo su presencia.
 El dueño acepto!, y al término de cada zafra cumplía con el pecto entregando la vida de un empleado. Así pasó durante cada mucho tiempo.
 Cuando un día, un joven paso justo en el momento que un trabajador era devorado por el enorme monstruo. Trato de advertirle al resto de sus compañeros, pero todos creían que estaba loco. Esta noticia llego a los oídos del patrón, el cual lo cito para entregarlo a la terrible bestia.
 El joven tenía el presentimiento de que algo malo pasaría y se preparó, llevando consigo un cuchillo de plata con la empuñadura en forma de cruz y una botella de agua bendita. Al entrar al depósito donde lo habían citado, vio allí a la temible, el patrón huyo dejándolo encerrado con el animal, el cual de un zarpazo casi lo mata.
 El muchacho arrojo agua bendita en la cara de la bestia que lo quemo dejándolo casi sin ver. Le pidió ayuda a Dios para matarlo, tomo el cuchillo y se lo clavo en el pecho. Para demostrarles a todos la existencia de este animal, llevo a sus compañeros al depósito donde se encontraba la bestia tendida en el suelo.
 A partir de ese día todos conocen la historia del familiar, ese enorme perro que cobro demasiadas vidas inocentes y del joven que salió casi ileso del encuentro, ya que tuvo que usar un bastón de por vida por causa de las heridas de esa gran batalla.
 Mi abuelo al terminar la historia tomo su bastón, se paró, abrió un cajón y me dio un cofre el cual contenía algo que me aria entender por qué sabia tanto de aquella bestia que yo creía imaginaria, entonces abrí el cofre y allí estaba el cuchillo de plata con empuñadura con forma de cruz.
 Fue ahí que supe, que el joven sobreviviente de la “historia” era él… era mi abuelo.

Cuentos de encuentro literario- Sombras


Sombras
Camino por este sendero que nunca pude ver, pero que conozco de memoria, la grieta en la vereda de doña Matilde, el perro que me olfatea pero nunca ladra, “perro que ladra no muerde” dice mamá, así que a éste no me acerco; la planta de lima de don Juan. Siempre el mismo sendero. Pero ésta vez su recorrido es especial, simulo hacerlo solo, es que estoy creciendo y mamá dice que debo aprender a transitarlo sin su ayuda. Es emocionante aunque los nervios se apoderan de mí porque conozco éste camino, pero hay muchos que todavía no, y pensar en eso me eriza la piel. De todas formas esto es un simulacro. Siento el ruido de la manija de su cartera y sé que ella está atrás mío, eso me tranquiliza. No voy a hablarle, aunque me muero de ganas por preguntarle qué vamos a comer hoy. Pero tengo que hacer de cuenta que ella no está ahí. De repente entre las mil ideas que vienen a mi cabeza interrumpe una brisa, creándome una pregunta: ¿el viento tiene sombra?
Sé que todo lo que toco tiene sombra, la maestra lo explicó así, aunque no creo entender muy bien aún de qué se trata, pero… Si el viento puede tocarme, y yo sentirlo… ¿tiene sombra? Ante mis inquietantes ganas de conocer la respuesta giro lentamente, no puedo verla pero siento su perfume, sé que está ahí, frente a mí, y le pregunto: “¿Mamá el viento tiene sombra?
Ella queda paralizada, sabe que responder en ese instante podría provocar algún efecto negativo en nuestro simulacro. Sin más, un silencio inquebrantable me obliga a volver a mi camino.
Terminado con éxito el recorrido habitual de la escuela, pisé la vereda de casa nuevamente (la reconozco por sus piedras de ladrillo y el aroma del azahar), y un abrazo me envuelve, me empapa una lágrima, y con una voz dulce y acogedora me susurra al oído: “No, mi dulce pequeño, el viento no tiene sombra, pero yo seré la tuya siempre que lo necesites…”